Thursday, June 17, 2004

LA PRIMERA SEÑAL

Julián y yo coincidimos en cierta época con lecturas que eran por una temporada relativamente fáciles de conseguir en Barranquilla, fue así como terminamos por primera vez en luneta cincuenta. Yo había estado mucho antes dado que Alonso; amigo en batallas de casi toda mi vida estudiantil, y ahora mi hermano me invitó un jueves. Debo confesar que en cierta medida el ambiente de luneta me embrujo por una buena época y que llegue a sentirme en mi casa en aquel sitio. Julián tenía sus dudas respecto al ambiente aquel, pero se decidió a ir dado que no estaba haciendo nada. Allí Alonso nos presentó a varias de sus amigas. También estaban entre ellas una menuda cachaquita a quien llamare simplemente Eva. Eva era estudiante de derecho y conocía a Alfonso desde hacia tiempo, continuamente salían juntos a playa, a pasar la noche en puerto Colombia o simplemente a beber en una casa, Julián en una de nuestras primeras idas a luneta cincuenta, se encontró a ese grupo de mujeres algo felices por causa de unas botellas de vino que recién habían consumido, Eva se sintió atraída por el aspecto oscuro de Julián, que era coronado como en una novela medieval por su largísimo cabello. Nunca entramos y Julián hablo tonterías con Eva durante todo el rato que estuvimos allí.

Elena se encontraba allí también, era amiga de alonso y mía desde el bachillerato y Julián tenia una relación sentimental bastante informal con ella, habían decidido dejarla a un lado una semana antes y estar con los dos comenzaba a ser ya una situación bastante incomoda, por lo que solo podía hablar con uno a la vez por el bien de mi salud mental.

-que hacemos ahora- pregunto alguien
-vamos a “zero room” que el dueño es amigo- contestó otro
Julián hizo una mueca, ya antes me había hablado del sitio, ponían solo “rockito” como el le llamaba, lo cual no era necesariamente malo, lo malo era el tipo de gente “chiclosa” que frecuentaba el lugar, chiclosa para ese entonces era una niña un niño con algunos tatuajes tribales, en el caso de ser niña el tribal iba en la parte baja de la espalda, y si era niño iba el brazo o en la nuca que cariñosamente llama Manuel “el morro”. Este espécimen en particular le gustaba cantar de memoria a Fito Páez y se volvía loco cuando sonaba tren al sur de los prisioneros, por supuesto hablaban como jóvenes del altiplano sin serlo. Julián se convenció por el hecho de que la cerveza al parecer no era muy cara y por que seguramente Eva daba pronósticos buenos para pasar un buen rato al final de la noche. Llegamos y efectivamente el ambiente cubría nuestras expectativas, bobazos bailando a Janis Joplin, post adolescentes fumando como presos cigarrillos mentolados y por supuesto yo, preguntándome como terminar con una relación me tenia en semejante escenario.

Julián se encontró a una de sus amigas en el sitio por lo que no se preocupo de la bebida en el resto de la noche y Elena en un rincón se arrepentía por no haber tenido algo mas serio con Julián, mientras le decía al mismo en cada oportunidad que tenia, cuanto lo extrañaba, mientras que Eva parecía sentirse cada vez mas atraída por los desplantes de Julián quien se negaba aun a bailar ahora a Lenny kravitz.
-baila así sea “de plante”, Julián, para que te la goces mas tarde- le dije en algún momento
-ya ese asunto esta arreglado no te preocupes-
- esta vaina ya va a cerrar, por lo menos despídete-

Alonso como cosa rara no me hizo el aventón hasta mi casa, así que quede con Julián medio borracho ese noche en la cuarenta y seis hablando, Eva lo había invitado a una tarde de cine en “Tacuba”, otra cuna de chiclosos. Julián se dispuso a ir al día siguiente a su cita esperada, yo por mi parte no tenía muchas ganas de ir, pues ya estaba al borde de trabajo para entregar en la universidad, Así que ese mismo día llame en horas de la noche a Julián y le pregunte con cierto morbo el desenlace de su idilio.
-me saludo apenas, y después se sentó con sus amigos-
-nada?-
-nada-
-estaba borracha ayer, eso era por tragos- tenia entendido que las muchachas se bebieron tres garrafas de un vino casero antes de llegar nosotros.
-pues claro, por eso te dije que aprovecharas-
El resto del año Julián se la paso llorando por Elena, que cosas.




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